La actriz que creció dentro de una pantalla de cine

Hizo su primera película con solo nueve años y ya no paró nunca más. Poco a poco fue creciendo ante los ojos de millones de espectadores y se convirtió en una de las actrices más famosas y con más talento de la historia. Fue una mujer valiente que siempre luchó por lo que quería. Cuando dejó de hacer películas, decidió utilizar su tiempo, sus energías, su fama y su dinero a defender causas solidarias.

 

Elizabeth Rosemund Taylor nació un 27 de febrero a las afueras de Londres. Cuentan que tardó 10 días en abrir los ojos. Unos increíbles ojos azules que se convertirían en uno de sus rasgos más admirados. Sus padres se habían mudado allí desde Estados unidos y Elizabeth pasó sus primeros años en una casita de campo rodeada de animales. Cuando estalló la II Guerra Mundial, Elizabeth, sus padres y su hermano mayor volvieron a Estados Unidos y se mudaron a Hollywood donde la madre de Elizabeth, que había sido actriz antes de nacer ella, decidió convertir a su hija en una estrella de cine.

«Fue la primera actriz de la historia en cobrar un millón de dólares».

Así, la pequeña Elizabeth fue consiguiendo pequeños papeles. Poco a poco su importancia fue creciendo y consiguió su primer protagonista. En Fuego de juventud interpretaba a una joven que se disfraza de chico para competir en una carrera de caballos. Fue un éxito. Pronto llegaron otros muchos: Mujercitas, El padre de la novia… La niña de nueve años fue poco a poco creciendo dentro de la pantalla a los ojos de todo el mundo. En cada película que hacía, Elizabeth demostraba lo gran actriz que era con papeles más y más complicados y con 18 años era ya una de las actrices más populares de Hollywood. Algunas de sus películas más importantes fueron Un lugar en el sol, Gigante, La gata sobre el tejado de Zinc, Una mujer marcada o ¿Quién teme a Virginia Woolf? Por estas dos últimas, Elizabeth consiguió dos premios Óscar.

Elizabeth Taylor fue una mujer valiente y muy lista. Tenía muy claro lo que quería conseguir e iba a por ello. Fue la primera actriz de la historia en cobrar un millón de dólares por hacer un papel. Fue el de Cleopatra, en la película del mismo nombre. También fue una mujer comprometida: cuando Hollywood empezó a olvidarla (cosa que desgraciadamente les pasa mucho a las actrices cuando empiezan a hacerse mayores), ella decidió utilizar su fama, su dinero y su tiempo a favor de causas solidarias. Especialmente la lucha contra el SIDA (uno de sus mejores amigos, el actor Rock Hudson, había muerto por esta enfermedad).

 

MUJERCITAS