¿Quién fue?

Alfred Hitchcock

El director que convirtió su miedo en un superpoder

El pequeño Alfred miraba atentamente la cara del comisario de policía mientras este, con gesto serio, leía la carta que su padre le había mandado entregarle. La cosa no pintaba nada bien. Alfred sentía como si el corazón se le fuera a salir por la boca. Le dolía la tripa y un sudor frío empezó a recorrerle la parte lateral de la frente. El comisario terminó de leer la nota, la dobló cuidadosamente y se la guardó en el bolsillo. Sin decir ni una palabra, agarró a Alfred del brazo y lo llevó al piso de abajo. Allí abrió una celda y encerró al niño dentro. Fueron los diez minutos más terroríficos de su vida. No saber qué estaba pasando, por qué estaba allí dentro ni cuanto tiempo le tendrían encerrado casi le vuelve completamente loco. Entonces, el comisario volvió a entrar. Abrió la puerta de la celda y, mientras le dejaba marchar le dijo: “esto es lo que se hace con los niños malos”.

Alfred Hitchcock tenía solo cinco años cuando, después de una de sus travesuras, su padre le mandó a la comisaría de policía con una carta para el comisario. En esa carta le daba instrucciones para que le pegara un buen susto encerrándole en una celda durante un rato. El pobre Alfred pasó muchísimo miedo. Tanto, que durante toda su vida sintió pánico de la policía. Pero en esa celda, oscura y fría, pasó algo muy importante. Allí Alfred Hitchcock empezó a convertirse en lo que sería después: el director de cine que más miedo nos ha hecho pasar con sus películas.

Pero el miedo que pasamos con las películas de Hitchcock es un miedo especial. Porque Alfred Hitchcock no hacía películas de sustos. Los sustos solo dan miedo un momento y ya. Se acabó. El miedo que le gusta a Hitchcock es el miedo que te dura toda la película. Ese que te tiene nervioso todo el rato pensando que, en algún momento va a pasar algo.  Ese miedo se llama suspense.

¿Y qué es el suspense? Hitchcock lo explicaba así: “Imagínese a un hombre sentado cómodamente en su sofá favorito. Debajo tiene una bomba que está a punto de estallar. Él no lo sabe pero nosotros sí”. Eso que nos pone nerviosísimos es el suspense. Y Hitchcock era un genio haciendo esto en sus películas. Conocía muy bien cómo funciona el miedo en las personas porque él había sido un niño muy miedoso. Así, durante toda su carrera en el cine inventó muchísimas formas para hacernos sentir la emoción del suspense.

Para eso usaba muchos trucos. Por ejemplo, le gustaba hacernos creer que a cualquier persona pueden sucederle cosas horribles. Por eso, sus protagonistas era casi siempre personas normales a las que les pasaban cosas extraordinarias y, para sorprendernos, sus personajes malvados también son personas normales: ni feos ni tenebrosos (así no te lo esperabas). Fue uno de los primeros directores en usar lo que se llama el giro de guion: una sorpresa total a mitad de la película que le da la vuelta a todo el argumento y nos deja completamente locos. O el famoso McGuffin, un truco para hacer avanzar la historia y que le encantaba usar en sus películas.

Hitchcock rodó más de 80 películas en toda su vida y la mayor parte de ellas son películas que casi todo el mundo recuerda. Todas ellas son misteriosas y muy emocionantes. Hay asesinos, espías, pájaros rabiosos, personas muy sospechosas, dudas…

Aquel día en la cárcel, el niño Alfred Hitchcock convirtió su miedo en un superpoder: el superpoder de crear historias misteriosas y de terror para entretener a la gente. Así, la próxima vez que algo te de miedo, ya sabes qué puedes hacer. Conviértelo en un cuento y compártelo con los demás.

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