La alegría de vivir convertida en musical
PARA PINICULEROS DE
+ de 6 años
PINÍCULAS PARA
Morirse de la risa
¿Has sentido alguna vez unas ganas increíbles de arrancarte a cantar y bailar mientras veías una película? Si has visto esta, seguro que sí, porque Cantando bajo la lluvia lleva más de 60 años contagiando buen rollo y felicidad a sus espectadores. Una película estupenda en la que además de disfrutar con algunas escenas muy payasas, los niños aprenderán algunas anécdotas interesantes sobre la historia del cine.
DE QUÉ VA
Don Lockwood y Lina Lamont son dos famosísimas estrellas de cine. Juntos forman una de las parejas cinematográficas más importantes del momento. Sus películas son grandes éxitos y el publico les adora. Fuera de la pantalla, Lina es una persona egoísta y manipuladora, que no se detendrá ante nada para salirse con la suya: seguir siendo la reina indiscutible de Hollywood y conseguir que Don se fije en ella. Una noche, Don conoce a Kathy Selden, una actriz de teatro desconocida pero llena de talento, y se enamoran.
Y mientras todo esto pasa, llega la revolución al mundo del cine: las películas, hasta ahora mudas y sin diálogos, ¡¡empiezan a hablar!! Es la llegada del cine sonoro. Para hacer la competencia a El cantor de Jazz, primera película sonora de la historia, los estudios de cine para los que trabajan Lina y Don deciden convertir su última película en una película hablada y musical. Aunque antes, deberán hacer frente a un problema muy gordo: Lina Lamont.
Don, Kathy y su amigo Cosmo, intentarán encontrar una solución.
QUÉ LES GUSTARÁ A LOS PADRES:
Su contagiosa alegría de vivir y el buen rollo que transmite siempre que la ves. Los diálogos mordaces, las interpretaciones entrañables y memorables de sus actores (protagonistas y secundarios), y sus escenas musicales absolutamente increíbles.
QUÉ ADORARÁN LOS NIÑOS:
Las payasadas de los protagonistas, los números musicales llenos de humor y acrobacias y una historia cómica muy versátil y en la que cada edad podrá quedarse con matices diferentes.
VEREDICTO
Una gran peli para ver en familia. Acabareis todos bailando claqué y escalando las paredes del salón.

¿SABÍAS QUE…?
Debbie Reynolds, la actriz que interpreta a Kathy Selden, es la madre de la Princesa Leia. Sólo tenía 19 años cuando la eligieron para hacer este papel y todavía vivía en casa de sus padres. Para llegar al rodaje de la película tenía que levantarse a las cuatro de la mañana y coger tres autobuses. Rodaban tanto tiempo que a veces se quedaba a dormir en el plató.
Algunas de las escenas de baile de la película fueron muy difíciles de rodar. ¡Por ejemplo: ¿sabías que el divertidísimo número «Make´em laugh«, en el que Cosmo se sube por las paredes, fue improvisado en su mayor parte? ¿Y que después de grabarlo el actor Donald O´Connor acabó tan exhausto que tuvo que pasar unos días en cama? (¡¡¡¡Y encima perdieron la grabación y tuvieron que rodarla otra vez!!!!). La famosa escena en la que Gene Kelly canta y baila bajo la lluvia tardó casi tres días en rodarse y, de tanto mojarse, el actor cogió un fiebrón de casi 40 grados. Por último, a la actriz Debbie Reynolds (que aprendió a bailar para estar película) acabaron sangrándole los pies después de estar un día entero grabando el número «Good Morning«.
UN POCO DE HISTORIA
Cantando bajo la lluvia cuenta el paso del cine mudo al cine sonoro. Hoy en día, ver películas con sonido nos parece la cosa más normal del mundo, pero hubo un tiempo, desde el nacimiento del cine a finales del siglo XIX hasta el año 1927, en el que las películas eran mudas. Aunque veíamos cómo los actores hablaban, no podíamos oír sus voces y la historia y los diálogos se contaban a través de letreros que aparecían en la pantalla. Además, una orquesta o un piano acompañaba en la sala a la proyección de la película para darle un poco de ambiente y animación. Un día de otoño de 1927 se estrenó en la ciudad de Nueva York El cantor de jazz, que ha pasado a la posteridad como la primera película sonora de la historia (aunque ya se habían hecho algunos experimentos antes). En realidad, no es totalmente sonora: solo algunas canciones y muy poquitos diálogos. Pero la historia del cine había cambiado para siempre.
El sonido en las películas trajo muchas cosas, pero se llevó otras. Como cuentan en Cantando bajo la lluvia, muchos actores tuvieron que dejar de trabajar porque no tenían la voz adecuada o porque no sabían decir bien sus diálogos. Además, como las cámaras hacían un ruido infernal tuvieron que encerrarlas dentro de unos cuartuchos para que los micrófonos no grabaran su sonido. La cámara ya no podía moverse como había aprendido a hacerlo. Los idiomas también empezaron a ser un obstáculo ya que una película en inglés no podía verse en España o Alemania, o al revés. Hasta que llegaron el doblaje y los subtítulos, muchas veces se rodaba la misma película con actores de otros países o los actores se aprendían los textos de memoria en otros idiomas, sin entender absolutamente nada de lo que decían.